el cuero marino
El Cuero, Cuero del Agua, Manta o Manta del Diablo, como también se le llama, es una creencia extendida prácticamente a través de todo nuestro país, siendo los lagos, lagunas y ríos sus principales territorios.
Se muestra como la piel extendida de un vacuno de gran tamaño. En las orillas de su cuerpo posee algo así como unas garras filosas. Los pocos que han visto su cabeza dicen que tiene tentáculos en forma de pinzas, que parecen terminar en un par de ojos de color rojo y desorbitados. Algunos, incluso, lo describen con ojos en todos sus bordes, de manera que sea imposible escapar a su encuentro.
En la parte de abajo de su cuerpo, en el centro específicamente, posee una boca, muy parecida a una enorme ventosa, con la cual chupa completamente los fluidos de su víctima, hasta matarla.
Su manera de operar es acercarse a su presa, que puede ser tanto un animal como un ser humano que estén bebiendo o bañándose en el agua, y con sus poderes provoca la subida de esta e hipnotiza a la víctima. Luego la envuelve rápidamente, sujetándola con sus garras y la mata por sofocamiento, al tiempo que la arrastra hasta el fondo del agua y ahí la devora.
Una forma de combatir al Cuero es con la ayuda de un machi experto. Este curandero atrae a este engendro con su poderosa magia hacia la orilla. Cuando lo tiene próximo, lo engaña arrojándole ramas de calafate, un arbusto que tiene espinas muy duras y que da un fruto de sabor dulce y de color azul. El Cuero, completamente aturdido por la magia del machi, se enrosca sobre este vegetal, suponiendo que es una apetecible presa. Sin embargo, cuando aprieta con fuerza el arbusto, las espinas se entierran en su cuerpo, desgarrándose y sangrando hasta morir.
